El nombre viene de las casetas de prostitutas en los campos de exterminio nazi, lo que ya deja claro que no cantaban sobre las alegrías de la vida. Aun así ha sido uno de los grupos a los que nunca he renunciado desde los 16 o 17 años... y aunque hoy por hoy suenen algo rancios siguen manteniendo ese extraño atractivo producido por sus viscosas atmósferas y esa extraño manto de nostalgia y tristeza que bien podría venir de un cementerio.
Tres temas de un grupo que a pesar de su corta existencia influyó, y mucho, en lo que vendría después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario