Composición

Disponer los elementos en la escena. Reglas que buscan enfatizar el objeto/sujeto, la armonía y equilibrio, el ritmo, la atención a la forma y el volumen. Por mucha técnica que haya detrás de una foto si la composición no tiene fuerza se quedará en un intento.

Supongo que requiere cierta capacidad espacial, entrenamiento y ver/hacer muchas fotos. En ocasiones, la composición de una buena foto pasa desapercibida aunque ésta sea exquisita, en otras, una buena foto le debe un 80% a la composición, y eso es lo que nos atrae de ella.

Reconozco que tengo fijación con el tema, puedo fotografiar una escena desde distintas perspectivas durante mucho tiempo, simplemente por dar con la composición adecuada. Y siento que la foto me gusta cuando percibo originalidad, armonía, equilibrio y belleza -no hablo de belleza "estética" sino de lo hermoso de una serie de objetos que en conjunto nos seducen, aunque sean hierros retorcidos-

Entrever (II)

Pon los ojos y la mente en estado de somnolencia y entenderás mejor la imagen. Un retazo de realidad que puedes integrar perfectamente en tu sueño, en tus sueños. Hermosa estampa para alguien recién despertado. Café con leche, por favor, y mimos. Poca leche, muchos mimos.

Entrever

Un cartel en el Botánico de Valencia, así de simple, así de hermoso. Sugerente y difuso, representa una persona sentada con una flor en la mano (digo yo que arrancada, muerta), observando. Las manchas de alrededor parecen las estrellas en la noche. Todo esto es el detalle, la excusa. Lo que hay detrás es fondo indeterminado, pero te digo ya que son plantas, el jardín, con colores retocados hasta lo irreal.

Colores

Llevo gafas, me las puse por primera vez a los doce y costó acostumbrase a ellas. Con los años mi vista se ha estabilizado, aunque paso demasiadas horas delante del ordenata. A veces me ha dado por pensar en qué pasaría si tuviera problemas de verdad para ver, si se me escapasen los colores.

¿Da miedo pensarlo, verdad?

Formas

Hay belleza en el detalle, en las formas y texturas, y si no es belleza, al menos me cautiva de la misma forma. Me abstraigo a lo que es el objeto o forma en sí mismo y me quedo con la sensación. Muchas veces me sorprendo con un envase (tomate, leche...) en la mano escudriñando el diseño, el color, los elementos, tipografía, distribución, y procuro buscar uno o dos detalles que me gusten o al menos me parezcan armoniosos. Trato de adivinar la intención de quién lo diseño y pienso en si consigue su propósito.

No hay que irse lejos ni gastar mucho para encontrar detalles con los que disfrutar: una puerta destrozada, una cerradura herrumbrosa, una pared con pintura desconchada, la silueta de un hierro recortado contra el cielo... Inagotable, y desapercibido en demasiadas ocasiones. No creo que se trate de ir con más o menos prisas, muchas veces hay tiempo y no caemos en lo que tenemos frente a las narices. Es cuestión de disfrutar con esos detalles, con ese universal museo de arte que nos pertenece a todos; entrenar la mirada y seleccionar; dejarse llevar con el mismo interés que ante un cuadro colgado en una galería. Y esa es la parte más creativa: nadie ha de decirte dónde dirigir la mirada, no hay un foco apuntando a la siguiente parada, ni rótulos que obedecer, ni posibles interpretaciones de lo que pretendía el autor. Permítete dar una explicación a lo que ves o sientes. Asume la posibilidad de disfrutar con una mancha en la pared.

Inagotable mundo.