Ayer me escribieron de una fundación medioambiental porque quieren utilizar esta foto en una exposición que recorrerá varias ciudades españolas mediterráneas, en un intento de alertar sobre los problemas del cambio climático. Aunque la exposición está financiada por La Caixa la cesión será desinteresa, por algo casi todas mis fotos están bajo licencia
Creative Commons. Entonces, ¿por qué el título de la entrada? Es seguro que la aclaración no le hace falta a mis asiduos lectores; también es seguro que no los tengo, así que debería recordar mi
postura sobre el tema del cambio climático.
Así que me vendo, y de gratis... si es que soy un mindungui... pero ayer me dio por pensar en que siendo crío ir a una expo o determinadas charlas me hacía mella y despertaba valores que han hecho de mí lo que soy, vamos, que es importante que los nanos reciban estímulos y de alguna forma se les eduque para valorar lo que tenemos, para afrontar los problemas que generamos. Y me hace sentir muy bien pensar que esa foto pueda formar parte del proceso, que quizá mediante la belleza de sus formas y colores algún nano le de por pensar que no debemos permitir que ese tipo de paisaje desaparezca.
Cambiando de tema, desde que leí sobre las licencias
Creative Commons tuve la impresión de estar ante ese tipo de iniciativas surgidas al calor de Internet que reconfortan, que permiten implicarte en un proceso de cambio, posicionarte y ser agente activo ante el panorama de qué hacemos con el conocimiento y el arte. Sé que mucho de lo que soy como en este momento me lo ha aportado Internet, lo leído, aprendido, disfrutado, emocionado, hablado, compartido... Muchas cosas han destrozado aquella visión utópica de la red como motor de cambio social, como la generalización del acceso a Internet entendido como simple medio informativo de ocio y de barato medio de comunicación, el uso comercial y publicitario por parte de las empresas que han terminado tiñendo la web de matices propios de una gran centro comercial, las acciones reguladoras de los gobiernos, la lección dada por la web 2.0 y la explosión de redes sociales que ha permitido una capacidad relacional sin precedentes pero vacía... contactos propicios para las fast-relation, muchas relaciones pero pobre calidad, haciendo que el peso de todo el sistema recaiga en la infra-estructura, no en el contenido... A pesar de todo, quiero creer que algo queda de aquellos sueños y que muchas personas, al igual que yo, nos tomamos esto como algo serio, un medio en que podemos decir y escuchar, dar y recibir. Ceder mis fotos siempre que no haya ánimo de lucro de por medio es mi manera de agradecer lo mucho que he vivido detrás de una pantalla, lo importante que me parece dejar de tratar el conocimiento y el arte como un producto más de consumo.
Puede que me haya vendido, pero no traicionado.
Te recomiendo el estupendo artículo
Las licencias Creative Commons: ¿una alternativa al copyright?, de Raquel Xalabarder Plantada.
