Calentamiento global: ¿Una nueva religión?

Todos conocemos el documental de Al Gore Una verdad incómoda, todos tenemos claro que se basa en evidencias científicas contrastadas y avaladas por los principales expertos del planeta... De hecho estos días tenemos al grupo de la ONU encargado del tema, IPCC, reunido en Valencia, y si Camps y Rita Barberá dan soporte a tan distinguido grupo de trabajo a mi no me quedan dudas de la seriedad y autenticidad del asunto. Además, qué coño, qué bonito es ver en los telediarios esos apagones de 5 minutos de edificios emblemáticos, por no hablar de que los ciudadanos de a pie cada día estamos más concienciados para seguir esas iniciativas. Por mi parte, voy a proponer en mi curro que todos los días hagamos un apagón de 7 a 15 horas... y que me envíen un mail a casa cuando alguien se de cuenta que eso no es concienciación sino jeta.

Recomiendo un documental que se dio a conocer allá por mayo, El gran timo del calentamiento global, hecho por el Channel Four de la BBC y disponible gracias a nuestros animalitos de des-carga, eMule, lPhant... No digo que el hombre no esté modificando el medio ambiente, y que el sistema económico que nos rige (y sí, hablo de regir en sentido estricto) es como una patada en la boca del estómago de nuestro lindo planeta... pero de ahí a dejarnos llevar por cantos apocalípticos hay un trecho. Seguramente hay un buen montón de razones para no seguir contaminando de la forma que lo hacemos, y otro montón más para ir al meollo del asunto: cambiar un sistema económico depredador no sólo con el medio sino con el propio hombre... ah, pero de esto se habla poco o nada... que se sigan fabricando coches... pero ecológicos... que nuestros ordenadores y móviles consuman energía de forma más eficiente y se fabriquen con desechos... que ahorremos agua por dios y por la virgen... y cuando se consigue reducir el consumo residencial nos premian con una subida de tarifas para compensar el no aumento de beneficios de la empresa... bien hecho, chicos...

En los 50-60-70 la paranoia era el miedo a una guerra nuclear que destruyera el planeta, y los EE.UU. lo alimentaron exagerando el potencial de la URSS... en los 70 el miedo en la climatología era el inverso, a que se enfriase el planeta. Y ahora nos tratan de acojonar con el implacable poder destructivo del terrorismo islámico y con el cambio climático...

Vale, no voy a decir que exista una relación directa entre las estrategias políticas de los EE.UU basadas en el miedo que denuncia Naomi Klein en su libro La doctrina del shock: El auge del capitalismo del desastre y la paranoia en la que nos han instalado sesudos científicos e hiperresponsables políticos... pero que el miedo es un eficaz sistema para controlar a la población no lo puede discutir nadie: demasiados regímenes dictatoriales como para no haber aprendido esa lección.