Bicicreyente

En primer lugar, odio la etiqueta ecologista, como la mayoría de etiquetas es un intento ramplón y normalmente malintencionado de definir una posición. En segundo lugar, disfruto de este mundo, de la naturaleza, pero también de lo que nos proporciona la tecnología. Y por último, soy el primero en lamentar los excesos del hombre respecto al medio, respecto a otros hombres.

Me gusta moverme en bici en mi ciudad, y me gustaría que algún día deje de ser un deporte de alto riesgo y se convierta en una opción a la hora de desplazarnos, apta para niños y mayores. Y no sólo porque la dictadura del coche merece ser cuestionada y contestada desde posturas críticas, y en eso habría que incluir las pobres y desquiciantes medidas para hacer un transporte público de calidad. En Alicante ya contamos con un sistema híbrido metro-tranvía que muchos nos preguntamos si realmente es necesario mientras el autobús urbano sigue siendo caro y poco eficiente. Pero peor lo tiene quien acostumbra a coger el coche para ir a todas partes: 15 minutos para recorrer un kilómetro (el doble que la media de las 18 ciudades más importantes de España, Tráfico en las capitales: Muchas diferencias de fluidez, Eroski-Consumer). Pero usar la bici no responde sólo a una postura crítica ante lo poco amables que son las ciudades, sino que es una opción que me permite despertarme y activarme cuando por la mañana voy al trabajo, y desconectar de él y sentirme un poco más vivo cuando vuelvo.

La pena que no se puede usar la bici para ir a comprar a una tienda... salvo que le tengas poco aprecio. El robo de bicis e incluso de sus piezas mas absurdas e innecesarias en un hobby muy extendido. Recuerdo un trayecto de madrugada camino del aeropuerto de Dortmun cuando una visión surrealista me sacó del estrés y cansancio acumulado: una plaza con 200-300 bicis aparcadas me dejó con la boca abierta, asombrado y envidioso de una cultura que entiende la bici como un medio de transporte más, no un objeto propio de niños o pobres. Ésas fueron las razones que me dieron cuando pregunté en Portugal y Polonia porqué se veían tan pocas bicis por la calle -aclaro que en ciertas ciudades de Polonia hay excepciones-. Evidentemente en España hemos evolucionado mucho en cuestiones materiales, pero nuestra cultura sigue anclada en la confrontación política cutre y simplista que hemos de agradecer a los grandes políticos que nos gobiernan gracias a los votos de una población quejica sumisa y cobarde, donde el pringado es quien cumple con la ley y el admirado el chorizo y el pirulas. Nuestra cultura sigue haciendo ídolos de folklóricas incultas, de putas-putos televisivos surgidos de reality-shows, o de ineptos cantantes que merecerían quedarse sin cuerdas vocales.

Pues eso, que espero ver algún día a una ama de casa ir a la compra en bici, sin que se sienta ridícula, sin que llame la atención, sin que llegar a casa suponga poner a prueba sus nervios y su integridad física.

Más info: Alicante en Bici -AenB-; lista de correo de AenB; Turismo local en bicicleta, en Consumer-Eroski